25 de octubre de 2009

Plácido Domingo y Simón Boccanegra

Últimamente nuestro Plácido Domingo está dando mucho que hablar. Hace unos días, después de recoger el premio de la Fundación Brigitt Nilsson, le fue entregado el premio Echo de la Ópera de Dresde, por toda su carrera.
Plácido tiene 68 años, y parece que va a seguir los pasos de sus antecesores más longevos en el escenario, como Giacomo Lauri Volpi y Alfredo Kraus.

Aparte de su calidad artística, cuenta con una gran personalidad, y consigue "amansar" a las fieras con su voz. Tiene en su haber una gran cantidad de papeles para tenor, que es la tonalidad con la que nos ha conquistado a todos.

No conforme con cantar, inició una carrera como director de orquesta, y ha cosechado grandes éxitos. Indudablemente sus compañeros sobre el escenario deben de estar encantados que él esté en el foso, ya que nadie mejor que un cantante que dirija a la orquesta para saber cuales son las necesidades técnicas de los que están encima de las tablas.

En estos días está cumpliendo su particular sueño: cantar el papel protagonista de la ópera homónima Simon Boccanegra de Giuseppe Verdi.

Plácido ha interpretado en varias ocasiones esta obra, pero en su tonalidad de tenor dando vida al personaje de Gabriele Adorno, un noble veneciano enamorado (como en toda buena ópera romántica) de la protagonista, y un papel no demasiado relevante en cuanto a necesidades técnicas.

Giuseppe Verdi, escribio varias obras en las que los principales protagonistas fueron los barítonos, y Simon Boccanegra es por excelencia, una ópera para barítonos y bajos. Voces oscuras, cavernosas y graves que imponen siempre que las escuchamos por su calidez y su sonoridad.

Se está comentando mucho en la prensa su incursión en este papel, pero Plácido inició su carrera como barítono, aunque con el tiempo educando su voz, consiguió la tesitura (tonalidad) de tenor. Discográficamente existe una grabación interpretando el papel de Fígaro de Il Barbiere di Siviglia, de Gioachino Rossini, de la que no obtuvo muy buena crítica.

El protagonista principal existió realmente y fue elegido en 1339. La ópera está basada en la obra literaria homónima de Antonio García Gutiérrez, y fueron Francesco María Piave (en la primera versión) y Arrigo Boito (en la celebrada y conocida segunda versión), los responsables de adaptarla para su representación con la música de Giuseppe Verdi.

Simón Boccanegra es una obra compleja. Inicialmente fue un gran fracaso, pero una segunda revisión consiguió animar el interés de un público cada vez más exigente. No es una ópera de repertorio, por la complejidad de la trama, y aunque en los últimos años aparece en cartel, no es de las más representadas en los teatros.

Una primera parte a modo de prólogo en la que se nos cuenta los inicios de la historia, y cómo Simón es alzado al puesto de Dogo (duque y príncipe) de la República Genovesa en el siglo XIV, cuando ésta dominaba todo el comercio marítimo del Mediterréneo.
La segunda parte transcurre 25 años después del prólogo. En ella tienen lugar los acontecimientos para derrocar a Simon por parte de los que le encumbraron. Así mismo aparece la historia de amor entre Gabriele y Amelia, siendo ésta hija de Simón, y él quien envenena a Simón convencido por los traidores que le hicieron llegar al poder.
Como en toda buena historia romántica, el final es agridulce. Simón muere, los traidores son castigados y el manipulado Gabriele Adorno es nombrado nuevo Dogo, después de recibir el perdón de su suegro.

Para ir abriendo boca, Plácido representó un fragmento de este papel en la reciente Gala del 125 aniversario del Metropolitan Opera House de Nueva York, junto a la soprano Angela Gheorghiu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario