21 de noviembre de 2009

“Forse la soglia attinse” – Un ballo un maschera – Giuseppe Verdi


Verdi fue el máximo exponente de la ópera romántica italiana. Heredero de la tradición canora del belcanto italiano y conocedor de la obra de Rossini, Donizetti y Bellini, desarrolló a partir de la base de estos tres autores, su propio estilo.
En el transcurso de su carrera consiguió evolucionar desde la tradición belcantista y académica, restringida a formas y estructuras muy cerradas, a una nueva lectura musical, consiguiendo una forma musical continua, en la que los encorsetados esquemas de la tradición, terminaron por desaparecer, dando lugar a una obra con continuidad.
El romanticismo consiguió llevar al extremo todas las pasiones. Todos los sentimientos son presentados de manera exagerada y llevadas a su máxima expresión.
La literatura fue su principal impulsor, pero la música fue un magnífico vehículo para unir su lenguaje al literario y transmitir las emociones de manera más vivaz, utilizando su principal característica, la de despertar las emociones de los espectadores.
La Ópera se convirtió entonces en el gran escaparate emocional del siglo XIX. Cada estreno se convertía en un auténtico espectáculo de sensaciones, algo similar a lo que en nuestros días puede representar el estreno de una nueva película de terror o una nueva atracción en un parque temático.
“Un Ballo in maschera” es una obra que marca un nuevo rumbo en la carrera de Verdi. La obra nos presenta un hecho real ocurrido en la corte de Suecia, cuando el Rey Gustavo III fue asesinado en un baile de máscaras.


Verdi tuvo muchos problemas con la censura, ya que en aquella época, la situación política italiana pendía de un hilo, y todo aquello que atentara contra una figura de poder o una institución política, atentaba contra la propia seguridad del estado, pudiendo ser considerado como una llamada para despertar el sentimiento político revolucionario de los más oprimidos por el sistema político reinante.
La obra original se sitúa completamente en la corte sueca, pero la censura obligó a trasladar los personajes y la acción a tierras americanas, ya que de esta manera, los censores creyeron que tales circunstancias no se podían dar en tierras europeas.
Esta obra rezuma una calidad musical impresionante, con una continuidad muy marcada. Contienen momentos musicales muy bellos, y unas arias muy inspiradas para todos los protagonistas.


El aria en cuestión, representa el momento en que Ricardo tiene que firmar el acta por medio del cual envía como embajador a otro país a su mejor amigo Renato, esposo de Amelia, de la que Ricardo está profundamente enamorado.
En esta página Ricardo expresa su más íntimo sentimiento hacia su amada después de firmar la carta que le separará de ella. Habla de lo que sentirá cuando ya no esté a su lado y de que a pesar de la distancia, él siempre la tendrá presente.


En algún lugar leí, que esta obra es comparable al Tristán e Isolda, en las que el destino obliga a los amantes a renunciar a su unión. Como en muchas otras obras, el amor imposible, el amor que no puede verse consumado por los condicionantes de los amantes, es un tema que da mucho juego a los compositores que con mejor o peor fortuna consiguieron emocionar a los espectadores.
En el enlace que recomiendo veremos una espectacular puesta en escena de una producción que se representó en Salzburgo bajo la dirección del desaparecido Sir Georg Solti.


http://www.youtube.com/watch?v=ZnRuGN4bLts
http://www.youtube.com/watch?v=PRmt_S6mnqE&feature=related


Al final del aria, se produce una cambio de escena que pocos teatros pueden llevar a cabo, ya que necesita de una maquinaria escénica excepcional y un escenario tan colosal como el del Festpiel Haus de la ciudad austriaca.

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